domingo, 15 de marzo de 2009

SIETE CONSEJOS PARA LEER BIEN LA BIBLIA

Hace 4 años nuestro grupo de Lectores del Seminario adoptó el nombre Shemá (Hebreo) Palabra que traduce "Escucha".
Inspirados en el texto del Deuteronomio:
"6:4 Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. 6:5 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6:6 Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. 6:7 Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. 6:8 Átalas a tu mano como un signo, y que estén como una marca sobre tu frente.6:9 Escríbelas en las puertas de tu casa y en sus postes..."

... creyendo que la primer cualidad para un buen lector de la Biblia es escuchar la voz de Dios en todos los acontecimientos a través de los cuales nos habla...

Ahora compartimos estos consejos y a la vez los animamos a integrar este grupo de nuestra pastoral litúrgica... se reune todos los sábados en la tarde a compartir estudio de la Biblia y de la vida...

SIETE CONSEJOS PARA UNA BUENA LECTURA DE LA SAGRADA BIBLIA

  1. Preparar antes la lectura: Para darse cuenta del sentido, ver de qué género literario es y qué entonación debe usar en la voz. Cuáles son las frases claves que se deben resaltar con una mejor entonación y qué nombres o palabras son de difícil pronunciación.

  1. Respetar los signos de puntuación: Es lo mínimo que nos pide una buena lectura, haciendo la respectiva pausa que exige cada signo (coma, punto, punto y coma, punto seguido y punto aparte, admiración, interrogación, etc.). Pausa corta o larga, dependiendo el contenido o importancia del párrafo anterior.

  1. Vocalizar bien: Es la otra regla de oro en la lectura. Es decir, pronunciar bien todas las letras y palabras, sin "comerse" ninguna sílaba. Abrir la boca y mover los labios, sin atropellar las palabras ni bajar el tono de la voz al terminar cada frase.

  1. Evitar la prisa: Tanto al subir al ambón o lugar de la lectura y al bajar de él, como en la lectura misma; sin dejarse llevar del nerviosismo o afán de terminar cuanto antes la tarea.

  1. Guardar una posición digna con el cuerpo y los ademanes: El cuerpo erguido sin afectación y rigidez, parado en los dos pies; la cabeza alta y las manos sobre el ambón a cada lado o sosteniendo el libro si es el caso. Pero jamás en los bolsillos.

  1. Saber usar bien el micrófono: A la altura y distancia adecuadas, ni muy cerca ni muy lejos. Y atención, si se tiene que mover por alguna razón, apagarlo primero.

  1. Mirar a la gente: No estar todo el tiempo con la vista fija en el libro. Mirar a los fieles antes de empezar la lectura, al menos al terminar cada párrafo y al concluir la lectura, mientras se dice "Palabra de Dios".

Tomado del libro: Formación de Lectores. Fray Arturo Cardona, Parroquia San Francisco. El Carmen, Armenia. 2000.

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